Versiones del erre a pe
I Teniendo en cuenta la larga decadencia del rock, el rap debería ser la música joven más interesante. O pareció serlo en un momento, al menos al nivel de la forma. Cuando hace unos años se juntaban adolescentes y jóvenes a competir en batallas de gallos – enfrentamientos uno a uno donde ganaba, básicamente, el que más humillaba al otro – parecía haber un impulso creativo valioso por sí mismo. Si bien yo no tenía la sensibilidad para distinguir a los buenos de los malos o percibir la innovación técnica en cada uno de ellos, se notaba que tenían un criterio según el cual mejorar. La competitividad propia del formato los obligaba a entrenarse, a llevar cosas nuevas cada semana, a copiar a otros mejores que ellos. Hoy en día esos formatos se cristalizaron, y las competencias de improvisación tienen un aura más deportiva que artística. Las batallas se volvieron más largas, circula más dinero, la cuestión se volvió una exhibición de elite. Los jóvenes que competían ingresaron a (o crea