3 poemas reproductivos de Larkin
Sea este el verso
Te cagan la cabeza papá y mamá.
Quieran o no, lo hacen.
Te llenan con sus culpas
y te dejan un par extra sólo para vos.
Pero a ellos les cagaron la cabeza también
unos tontos con sacos y sombreros antiguos
que la mitad del día eran fachos cariñosos
y la otra mitad se mataban entre ellos.
El hombre entrega miseria al hombre.
Cada vez más profunda como el agua de la orilla.
Salí cuanto antes
y no tengas hijos.
Annus Mirabilis
Las relaciones sexuales empezaron
en mil novecientos sesenta y tres
(que para mí fue bastante tarde) -
entre que terminó la prohibición de Chatterley
y el primer disco de los Beatles.
Hasta ese entonces sólo había
habido una especie de negociación,
un forcejeo por el anillo,
una vergüenza que empezaba a los dieciséis
y lo contaminaba todo.
Y de repente terminó toda la disputa:
todos sintieron lo mismo
y todas las vidas se volvieron
un brillante hacer saltar la banca,
un juego que no se puede perder.
Así que la vida nunca fue mejor
que en mil novecientos sesenta y tres
(si bien un poco tarde para mí)
entre el fin de la prohibición de Chatterley
y el primer disco de los Beatles.
Ventanas altas
Cuando veo una parejita y pienso
que él se la coge y ella
está tomando pastillas o usa un diafragma,
sé que eso es el paraíso
con el que todo viejo soñó toda la vida-
relaciones y gestos puestos a un lado
como una cosechadora vieja,
y todos los jóvenes deslizándose cuesta abajo
hacia la felicidad, infinitamente. Me pregunto si
alguno me miró a mí cuarenta años atrás
y pensó eso va a ser la vida;
no más Dios ni transpirar en la oscuridad
temiendo el infierno, o tener que callarte
lo que pensás del pastor. Él
y los suyos se van cuesta abajo
como pájaros libres. E inmediatamente
en vez de palabras viene la idea de ventanas altas:
el vidrio ocupado por el sol,
y atrás suyo el profundo aire azul, que muestra
la nada, y no está en ningún lado, y es infinito.
Comentarios
Publicar un comentario