miércoles, 27 de agosto de 2025

La bolsita de Karina: un día triste

 Yo había cerrado mi cuenta de twitter, al menos temporalmente, podrido de lo banal de la conversación y el contenido que circula ahí. No va que al día siguiente salen los audios de Spagnuolo y nos sientan enfrente de uno de los hechos más tristes del gobierno mileísta hasta el momento. "Estás loco", me van a decir. Mucho más triste es que fajen jubilados, que nos endeuden, que estén destruyendo el poder adquisitivo de los trabajadores. En un punto es cierto, pero eso es lo que se votó y lo que evidentemente ve una porción de la sociedad como única solución posible. Lo que pasó ahora es lisa y llana traición. 

En su momento, la candidatura de Milei funcionó bien en muchos puntos. Puntos que eran, en última instancia, de sentido común, aunque para llevarlos al centro de la política tuviera que decirlos un loco. Que había que parar con el déficit, con la corrupción, con los privilegios. Que los que estaban haciendo exactamente eso en el gobierno de Alberto Fernández no iban a cambiar para el gobierno de Massa. El peronismo hoy sólo sabe profundizar, ir con más vehemencia en la misma dirección. "Antes que eso, que rompan todo" dijo la sociedad. Por eso ahora tengo que reabrir la cuenta de twitter y ver qué están diciendo, qué posición se toma; y por eso tengo que escribir esto, porque ya veo que lo que se va a decir no me va a gustar nada. 

La consultora Enter hizo un informe sobre la repercusión en distintas redes del escándalo de corrupción que involucra centralmente a Karina Milei. Al respecto, dicen: 

La interna abierta entre Santiago Caputo y Karina Milei, sumada al silencio de radio de los protagonistas del escándalo, resultaron en una zona liberada al libre criterio de las audiencias orgánicas afines al gobierno que, en principio, optaron por esperar. Un margen que el peronismo, la izquierda, el radicalismo y parte de la centroderecha supo aprovechar para instalar sentido.

¡¡Pero la concha de su hermana!! ¿"Aprovechar para instalar sentido"? ¿Es lo único que vamos a hacer, hasta que el país termine de hundirse y nos ahoguemos todos en la pobreza y el mal gusto que cada vez nos caracterizan más?

Para mí este no es un momento para instalar nada. ¿Qué sentido? Es un momento triste, porque el gobierno, sea una mierda o no, fue elegido por motivos de dos tipos: económicos y morales. Yo de los económicos no entiendo nada, pero a los morales accedemos todos. No tenía que haber ni sospecha de choreos, malversaciones, privilegios. Me pueden decir: "sos un boludo, la política siempre fue y va a ser así". Pero justamente por eso creo que se votó gente nueva, "limpia". Aunque fueran locos, feos, dieran cringe, tuvieran caspa, se maquillaran la papada, lo que fuera. Yo creo que la sociedad se bancó todo eso esperando que no estuvieran tan corrompidos de entrada. Que su daño interno se tradujera en una moral férrea. 

De todas formas, ¡sí! Yo soy definitivamente un boludo. En su momento me entusiasmé con Alberto. Me pareció que era mejor que Macri, y que podía ser una corrección, o una lavada de cara, respecto de la belicosidad del kirchnerismo. Obvio, sí, me equivoqué. Muchos nos equivocamos. Pero no creo que mi equivocación fuera el entusiasmo: mi hermano, en esas cenas un poco melancólicas de cuarentena, me decía que todo esto iba a salir mal. Yo pensaba: es muy fácil dictaminar de antemano que todo va a salir mal. No se puede vivir festejando la entropía, nuestro destino escatológico, nuestro agotamiento. No puede ser siempre todo un poco peor. En algún momento hay que remontar. En algún momento alguien tiene que hacer las cosas bien, tiene que obedecer al mandato popular y que la sociedad exija lo que realmente cree necesitar. 

Sea Milei lo que sea, su gobierno tenía la obligación y la oportunidad de instalar una moral inconmovible en el Estado. No lo hizo. 

Si hay algo para consolarse en este caso fue la velocidad con que la justicia obró al respecto: sea por torpeza (es gracioso pensar en la complejidad de "la ruta del dinero K" versus Karina con una bolsita marrón con un signo "$") o por las enemistades que se ganaron, los allanamientos fueron casi instantáneos. Eso está bien. Aunque sea el castigo parece que puede funcionar. Lo que yo no puedo compartir es la alegría de que al gobierno le vaya mal (porque ¿qué queda de la vereda de enfrente? Algo que la sociedad ya rechazó y por ahora no está dispuesto a cambiar). Y tampoco, quizás menos, el fanatismo estúpido de creer que un poquito de corrupción no es nada al lado de lo que estén haciendo de positivo en otros ámbitos (no sé qué sería). 

La sociedad aceptó comerse los tremendos sapos que manda Milei, para no comerse los sapos de los privilegios. Con esto el gobierno se cavó su propia fosa. 

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