Fumar Fogwill industrial
Fogwill fue leído antes como narrador que como poeta, al menos en profundidad. Si bien la fórmula “gran cuentista, pésimo poeta” lo enervaba, nadie se tomó el trabajo de refutarla. Él tampoco. Habría que ver si esa fórmula es en primer lugar verdadera; y si lo es, si se refiere a dos términos aislados o a una relación causal entre ambos. Es decir, si no es un gran cuentista gracias a sus pésimos poemas. Poesía como método En sus propias palabras, Fogwill daba una mayor importancia literaria a la poesía que a la narración. Por lo que dice en una entrevista realizada en 2002, se consuela narrando; pero en verdad espera a la aparición del poema.1 Esa postura va en contra de la afirmación de Beatriz Sarlo, según la cual Fogwill escribió siempre poesía “en diálogo con sus novelas, como impulso o como descarga”. Esto podría tener sentido con Saer2 (el otro ejemplo que ofrece Sarlo), pero no con Fogwill. Su producción poética es sostenida en el tiempo, a la vez que el autor la defiende