Newsletter #31

 

Más convertidos.

Buenas! Cómo estás?

 

Como decía en el envío anterior, es probable que este envío sea el último por algunas semanas en las que voy a estar de viaje. Ya le había agarrado el ritmo a la frecuencia semanal, espero no perderlo para la vuelta. 

 

Vamos con las secciones:

 

📚 Libros 

 

1) Empecé a escuchar a Gabo Ferro más o menos cuando terminaba el secundario. Lo encontré buscando en los recomendados de Youtube, no sé si eso se sigue haciendo o si sirve. 

 

Después nos hicimos muy amigos con Paloma por cruzarnos en sus recitales. Fuimos a verlo voluntariamente juntos una sola vez en Casa Brandon antes de que fallezca repentinamente durante la pandemia. 

 

Ahora salió un libro sobre él, del que se habla en esta entrevista a uno de sus autores. También dejo esta playlist corta con algunos temas que me gustan.

 

2) Durante mucho tiempo quise encontrar -supongo que no soy el único- la entrevista larga que le hizo Pier Paolo Pasolini a Ezra Pound. Preferentemente completa y con subtítulos, porque más allá de que uno sepa un poco de italiano, Pasolini habla rápido y a Pound no se le entiende mucho. 

 

Hubo un momento de algarabía en twitter porque parecía que había aparecido. La cuestión es que no, porque los subtítulos están pésimos. Ponele que algo ayudan. Pero parece estar completa.

 

Todavía no pude ver todo, así que no me hago cargo de las polémicas que pueda suscitar. Lo que sí puedo decir de lo poco que vi, y yo al menos no lo sabía, es que aparece hablando Eugenio Montale. Sin más, acá la dejo.

 
🎩 Eventos

 

Se presenta la obra poética reunida de Juan Desiderio, Pines Sprun junto a Padre narrado, de Lilia Parisí. El evento se hace en la -muy linda por cierto- librería Otras Orillas (Mansilla 2974, CABA). El viernes 26/7 a las 18:30.

🍉 Fruta

 

La sección Fruta viene copada hace rato por la música y el cine. En esta ocasión, es parcialmente así también.

 

1) Leyendo sobre la historia de la música clásica y el jazz en Estados Unidos, llegué a este artículo del New Yorker escrito por Ellin Mackay en 1925. El artículo se llama "Por qué vamos a los cabarets", y se trata de una joven de la alta sociedad neoyorkina explicando básicamente eso: por qué los jóvenes prefieren el cabaret a los bailes de presentación entre ricos.

 

Ellin, hija de un millonario católico, estaba saliendo con el compositor y letrista de musicales judío Irving Berlin. Cuando su padre amenazó con desheredarla por esta relación, terminó volviéndose una caricatura del snob culturoso para la prensa local. 

 

Ellos se casaron -se estima que Ellin renunció a 9 millones de dólares por hacerlo- y tuvieron una hija. El artículo hizo que las ventas de la revista New Yorker explotaran, otorgándole a cambio una suscripción de por vida y una columna periódica para que siga escribiendo.

 

Algo que me interesa del texto es la claridad que tiene Ellin -y su tribu- para preferir elegir -qué escuchar, con quién bailar- en el entorno caótico de la ciudad, antes que enfrentarse a fila de muchachos burgueses aburridos supervisados por sus padres. Y parece hablar por toda su generación.

 

Creo que algo de esa claridad -qué pasa, por qué (no) hacemos lo que (no) hacemos- es lo que le falta a mi generación. 

 

El link que mandé arriba reconstruye esta historia y contiene el artículo original tal como salió. Lamentablemente, está sólo en inglés.

 

2) Continuando con mi polémica sobre el jazz, volví a mis orígenes por los que le di una primera oportunidad: Keith Jarrett. Si Jarrett, que es un genio, sacó tantos discos de jazz (no creo que los conciertos solistas lo sean también), algo debe haber. 

 

Así que me puse a hacer lo que mejor me sale: leer un libro. Más específicamente su biografía. Con ese orden, y como los análisis que hace Wolfgang Sandner de la música están muy bien, me puse a escuchar la discografía de Jarrett.

 

Acá algunos hitazos: 

 

Buttercorn Lady (1966), disco en vivo con el conjunto de Art Blakey. Es el único registro de Jarrett con ellos. Es muy jovial y ya se nota que KJ es un genio.

Dream Weaver (1966), del cuarteto de Charles Lloyd. Un jazz bastante clásico pero donde todos los músicos tienen su parte creativa y original, lo cual lo distancia del bebop que tanto odio. Acá conoció al batero Jack DeJohnette, con el que después va a seguir tocando y grabando prácticamente toda su carrera.

Live-Evil (1971) con Miles Davis. Este disco en vivo de jazz rock tiene entre sus intérpretes a un montón de monstruos. A mí de a ratos se me termina haciendo una pelota de sonido, pero tiene grandes momentos.

Fort Yawuh (1973) es un disco en vivo (el primero que aparece en la compilación del link) con su "cuarteto americano". Ya Jarrett liderando, alta finura.

Los conciertos solistas de Bremen y Lausanne (1973). Acá es donde empieza lo que más me gusta de Jarrett, su libertad total para componer en vivo.

 

Glenn Gould dice que ama el piano por su "tendencia a la abstracción", que entiendo que es esa cualidad de pequeña orquesta que tiene.

 

A pesar de sus limitaciones dinámicas y tímbricas, le permite genios como ellos plasmar de la mejor forma posible la música tal como la tienen en la cabeza en el momento. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Monjeau, un doloroso final

Proyecciones del realismo moral - Notas para hablar de Rubio

¿Por qué un foro?