Newsletter #5 - Más convertidos
Hola de nuevo! Cómo va todo?
La semana pasada, después de mandar el texto sobre Las teorías salvajes y Canción de la desconfianza, recibí varios comentarios.
Uno de ellos me obliga a pedir disculpas, ya que confundí el orden de los acontecimientos: la reseña escrita por Damián Selci y Nicolás Vilela (Marzo del 2009) fue previa a la presentación en la Biblioteca Nacional en Septiembre del mismo año (y, podríamos arriesgar, quizás parte de su motivación). Como si el gesto de Horacio González fuera una forma de defensa del libro.
Hay que decir que muchas páginas de ese momento están hoy caídas, por lo que las fui encontrando reposteadas o en wayback machine, sin fecha precisa. De todas formas, mala mía por no chequear.
Ahora bien, aclarar esta cuestión hace surgir una nueva pregunta: ¿afecta el orden de los hechos a la argumentación? En principio, pareciera que la idea de Selci y Vilela escribiendo contra el consenso que valoraba positivamente la novela no se sostiene.
Sin embargo, leyendo los primeros párrafos de la reseña puede verse que ese era el objetivo explícito de los autores, su percepción de la situación general y lo que querían combatir. Con lo cual, una posibilidad sería que ese consenso que describen responda más a una serie de conversaciones, gestos y comentarios que todavía no habían coagulado en textos o eventos públicos.
En cualquier caso, creo que lo mejor es que hablen los textos por sí mismos. Por eso la sección libros comienza con material que quedó de lado:
Libros
1) Ya que en el artículo de la semana pasada mencionamos a Jorge Dotti, creo que vale la pena escuchar su comentario a Las teorías salvajes en la Biblioteca Nacional para conocer qué lo atrajo de la novela de Oloixarac.
De yapa para quien no lo conozca, también podemos dejar la joyita de Dotti en TN con Pagni y Dujovne (2015). Prestar especial atención a los reclamos de Dujovne de hablar POR FAVOR de la realidad.
Y ya que las reflexiones filosóficas acerca de estas dos novelas no se terminan con Dotti, paso este ensayo de Silvia Schwarzböck sobre Canción de la desconfianza. Schwarzböck es la filósofa más interesante –como mínimo– de nuestro país, y este ensayo, si bien va bastante más allá, toma el texto de Selci como parte de su reflexión. Recomiendo.
2) Se reeditaron los poemas completos de Néstor Perlongher en la edición crítica de Roberto Echavarren. Hace tiempo no se conseguían. Incluye ensayos de gente como Juan Salzano, Romina Freschi y Adrián Cangi.
Las reediciones de textos ya clásicos, al menos dentro de cierto ámbito, siempre propician un espacio para una nueva discusión abierta. O deberían hacerlo. En este caso, al igual que pasó con La enfermedad mental de Rubio (reseña mía acá), el texto se reimprimió idéntico, con ensayos críticos que ya tienen diez años.
¿No hay nada nuevo para decir de Perlongher? ¿Nadie se lo reapropió en este tiempo? ¿Qué motiva la reedición? Dejo las preguntas.
Y para quien no lo haya leído, dejo acá algunos poemas entre los que se encuentran Cadáveres, uno famoso y muy bueno.
3) Nicolás Ricci incursiona en el mejor tipo de crítica (la negativa) a raíz de Juana Bignozzi, todo se une con la noche, biografía escrita por Vanina Colagiovanni. Acá.
Eventos
Nuevamente, los eventos a los que me voy a referir son pasados y fallidos –para mí, que no pude ir. El miércoles pasado se realizó un evento en Puan a raíz de los 40 años de democracia.
Se lo llamó “El cuadrilátero del cuadragésimo”, y participaron varixs profesorxs e investigadorxs de la generación anterior a mí. Digamos, gente de más de cuarenta y menos de sesenta años.
Me hubiese gustado ir, entre otras cosas, porque siento que es una generación muy formada, con gente inteligente, pero que no tiene actualmente las revistas, eventos, y medios de discusión que se merece. Ojalá me equivoque, pero sobre todo, ojalá sea el primero de varios.
Fruta
Como no se me ocurrieron muchas cosas para la sección fruta de esta semana, voy a recomendar algo de lo que no tengo la más pálida idea: cine. Sigue en cartelera Los delincuentes, película de Rodrigo Moreno. A mí me gustó, a pesar de haber dormido la primera media hora (un clásico ya en mi vida en los cines).
Dos curiosidades:
1) consiguieron un falso Lamothe que actúa casi peor que el verdadero, y
2) Aparece Fabián Casas y leen el poema de Zelarayán La gran salina, creo que entero, aunque lo que sucede a partir de eso no resulta muy logrado.
…
Bueno, hasta acá esta edición. Como siempre, se agradece que lo compartas si te gustó.
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Gracias y un abrazo!
Juan
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